Este Weblog tiene la finalidad de difundir la Propuesta Socioeducativa de la Institución Teresiana para América Latina, es una copia fiel del Libro publicado en su 2da. edición 2009. También encontrarán otros libros importantes en archivos pdf. Prof. César A. Véliz Fernández

1.3 - Desafíos educativos actuales a la luz de la pedagogía povedana


1. Vivimos en un momento histórico en que son las raíces mismas de nuestras sociedades las que están en cuestión. Tiempos difíciles que nos invitan a revisar convicciones, principios, actitudes y prácticas sociales, así como políticas públicas y la dinámica de las relaciones internacionales. Sin embargo, los tiempos difíciles están llamados a ser tiempos de cambios profundos, de renovación,  creatividad y construcción de nuevos caminos. Son tiempos que exigen que nos volvamos a hacer las preguntas de fondo que dan sentido radical a nuestras vidas. Tiempos difíciles son tiempos de generar nuevas iniciativas, programas y proyectos en respuesta a los desafíos del momento.Tiempos difíciles son tiempos de saber dejar, de salir de lo ya establecido, de atreverse a enfrentar lo distinto, lo que todavía no es para que sea.
2. Para los que pertenecemos a la corriente de pensamiento y vida propuestos por Pedro Poveda, él nos ofrece referencias fundamentales para nuestra acción como cristianos y educadores. Muy temprano descubre vitalmente, a partir de su experiencia entre los pobres en las cuevas de Guadix, al inicio del siglo XX, la intrínseca relación entre evangelización, educación y compromiso social, articulación que solamente después del Concilio Vaticano II pasó a ser profundizada y objeto de muchos debates en la reflexión eclesial. Esta interrelación dinámica constituye uno de los elementos configuradores de toda la actividad educativa de inspiración povedana.
3. El proceso de construcción de la propuesta educativa de Pedro Poveda fue progresivo, en íntima relación con su propia experiencia de vida y su capacidad de dejarse interpelar por su momento histórico.  Muestra su dinamismo y continua  apertura a los desafíos de la realidad. Esta le permite ir incorporando todo aquello que le parece en sintonía con su “humanismo-verdad”. Se hace cargo de los grandes temas en debate por intelectuales y especialistas en educación y ofrece pautas para una acción comprometida de los educadores. En lo que se refiere al estilo pedagógico y didáctico, se inspira en las inquietudes del llamado movimiento de las “escuelas nuevas” - en aquel momento histórico visto con recelo por parte de muchos cristianos. Se trata de valorar la actividad  de los sujetos de la educación, de crear ambientes educativos donde la expansión y la alegría sean la tónica, de conectar las acciones educativas con la vida, de valorar lo afectivo, lo lúdico y lo artístico,  la participación de todos en los procesos y las organizaciones, la relación cercana y cálida entre todos los participantes, educadores y educandos, entre otras características que provocaban fuertes discusiones y controversias entre los educadores.
4. Para Pedro Poveda, más que las metodologías, los recursos, las nuevas tecnologías, son los educadores que ocupan el lugar central en toda propuesta de renovación educativa Su formación, su dignificación y reconocimiento social,  su autonomía y organización profesional  son preocupaciones constantes a lo largo de toda su vida. Educador de educadores será la tarea que cada vez más  concentrará sus energías y acciones concretas.
5. Subrayemos, entre otros muchos aspectos decisivos de su propuesta educativa, algunos rasgos que resultan especialmente significativos para nuestro momento histórico.
 “Yo que tengo la mente y el corazón en el momento presente”: una pedagogía situada
6. Hoy todos los discursos afirman la importancia de la educación. Hay quienes vuelven a promover un discurso casi mesiánico del significado de la educación, atribuyéndole la principal responsabilidad por la promoción del desarrollo  o por la miseria y pobreza de personas, grupos sociales y pueblos.
7. Sin embargo, es posible discernir, en la aparente homogeneidad de los discursos, dos concepciones contrapuestas: Una visión acentuadamente instrumental de los procesos educativos que recupera y actualiza de modo coherente con el contexto de las políticas neoliberales, la conocida teoría del capital humano. La educación se valora en la medida en que es funcional al sistema hegemónico, capaz de producir ciudadanos emprendedores, consumidores y competitivos en las sociedades en que vivimos. Los educadores son vistos fundamentalmente como técnicos  que dominan conocimientos y habilidades necesarios para el desarrollo de esta propuesta. En muchos casos el modo de  concebir la calidad de la educación se sitúa en este marco.
8. En otra perspectiva, estamos aquellos que sostenemos la posibilidad de otra lógica social y educativa. La importancia de la educación es vista de modo articulado con cambios estructurales profundos, en lo local y lo global, en íntima articulación. Los procesos educativos son concebidos como prácticas sociales y culturales que trabajan interrelacionando conocimientos, sentimientos, actitudes y prácticas y privilegiando dinámicas interactivas y de construcción colectiva, en las que las dimensiones de ver, conocer, celebrar y comprometerse están siempre presentes. El educador se concibe como un agente cultural y social, con capacidad propositiva,  como sujeto personal y actor social. 
 “Si os interesara el movimiento intelectual del mundo ...”: el compromiso con el estudio, la formación permanente y la reflexión cultural
9. El educador comprometido con la escuela de Poveda está llamado a ser un intelectual. Para Poveda la dedicación al estudio es connatural al compromiso social. Constituye una actitud y una práctica a ser desarrollada a lo largo de toda la vida, en la perspectiva de la formación permanente. Para una presencia dialogante, crítica y propositiva en la sociedad, los educadores tienen que ser profesionales competentes, actualizados y participantes activos del debate cultural. En esta participación señala la importancia de su quehacer cotidiano y también de la capacidad de expresar sus ideas, análisis y propuestas a través de distintas publicaciones en periódicos, revistas y otros medios. Hoy los distintos medios de comunicación social  y la sociedad virtual ofrecen modos plurales y diversificados de intercambio y difusión intelectual y cultural. Los educadores de la escuela de Poveda están llamados a ser creadores y productores culturales.
10. Valorar el estudio y la producción cultural como elementos fundamentales para los educadores vinculados a la propuesta de Poveda. Reconocer los saberes que los educadores construyen en su cotidiano, en la interrelación acción-reflexión-acción. Crear ámbitos de socialización de ideas, experiencias y proyectos, de potenciación mutua e interacción entre educadores. Integrar componentes de investigación en nuestros proyectos socioeducativos que sean espacios potenciadores de creación de pensamiento y de propuestas. Estos son desafíos que nos plantea, hoy, una misión evangelizadora comprometida con las mediaciones educativas y culturales que quiere favorecer procesos de transformación social.
 “Ha de procurarse que cada persona dé de sí todo lo bueno que pueda dar”: la construcción de identidades.
11. En la escuela de Poveda, formar personas capaces de ser sujetos de su propia vida y actores sociales, es una exigencia ineludible de todo proceso educativo. Sin embargo, este es un desafío especialmente fuerte en nuestro momento. Son las propias nociones de sujeto e identidad que están hoy en cuestión.
12. Cómo concebir procesos de formación de identidades en bases distintas a las   del llamado sujeto moderno, capaces de dialogar con las inquietudes de lo que se viene llamando postmodernidad, sin dejar de favorecer la afirmación de un centro unificador dinámico y capaz de construir convicciones firmes, representa un gran reto  hoy. Pedro Poveda nos ofrece algunas claves importantes  de personalización, valoración positiva de cada persona, promoción de la autoestima, acompañamiento, clima educativo de expansión, participación, afecto y libertad, así como un horizonte abierto a la solidaridad y a la trascendencia.
13. Ser persona para Poveda es algo muy profundo. No se reduce al nivel psicológico. Supone la dimensión ética, cultural y espiritual. Exige promover un proceso de interiorización que no aisla del mundo  y sí incorpora la dimensión social y favorece la construcción de identidades capaces de ser sujetos de su propia vida y actores sociales.
 “La diversidad de personalidades, cultura, etc. imprime modalidades específicas que son inevitables; no quiera de ninguna manera anular la propia personalidad y sí, al contrario procurar perfeccionar la de cada persona”: articular igualdad y diferencia
14. Hoy el tema del multiculturalismo y de la diversidad cultural está especialmente vivo en el mundo y presenta en nuestro continente una configuración propia.  Multiculturalismo es una expresión que puede asumir distintos significados según el contexto en que se emplea, pero que sin duda indica una nueva conciencia en la humanidad.
15. Articular igualdad y diferencia es una exigencia de los tiempos actuales. La realidad mundial y del continente hoy manifiesta dramáticamente la dificultad de realizarla. Tendemos muchas veces a la negación del otro, de lo diferente. Es también una tarea para la educación.
16. Los planteamientos actuales nos interpelan a un diálogo en profundidad con esta corriente que afirma  la importancia de las culturas en la constitución de las identidades, en la formación de las mentalidades, y consecuentemente,  en los procesos educativos y sociales. Nos obligan a cuestionar la dinámica monocultural presente en general en los procesos educativos.
 “Ahora es tiempo de “tener y dar paz”: promover una cultura de la paz, la solidaridad y los derechos humanos
17. En contextos de violencia social  generalizada como los que estamos viviendo en el continente, se hace imprescindible promover una cultura de la paz y la solidaridad. Pedro Poveda  experimentó esta realidad de modo dramático. Jamás cedió a la fuerza de la violencia. Eligió la mansedumbre, la prudencia, la dulzura, la afabilidad, la misericordia y la no violencia.
18. Promover una educación para la paz no es una tarea fácil. Supone enfrentarse con la cultura de la violencia presente en el tejido social. Exige una labor sistemática de los educadores y otros agentes sociales. Educar en los derechos humanos, la solidaridad y la paz se exigen mutuamente.
19. Los procesos educativos tienen que empezar por favorecer procesos de formación de sujetos de derecho, en el nivel personal y colectivo, que articulen las dimensiones ética, político-social y las prácticas concretas. Otro elemento fundamental en la educación en Derechos Humanos es favorecer procesos de "empoderamiento" (“empowerment”),  sobre todo orientados a los actores sociales que han tenido históricamente menos poder en nuestras sociedades, menos posibilidad de incidir en las decisiones y procesos colectivos. Trabajar con grupos sociales minoritarios y marginalizados promoviendo su organización y la participación activa en la sociedad. En tercer lugar,  “educar para el nunca más”, para el rescate de la memoria histórica, la ruptura con la cultura del silencio y la impunidad. Estos tres subrayados están llamados a ser incorporados en toda propuesta de educación para la paz y la solidaridad.
20. La paz es indisociable de la justicia y de la solidaridad. No se puede aislar ninguno de estos elementos. Constituyen un todo, un único conjunto. Construir la paz supone favorecer la justicia y crear solidaridad. La paz no es solamente una meta a ser alcanzada.  También es un proceso,  un camino. En este sentido es importante radicalizar la capacidad de diálogo y negociación. No construiremos la paz si no nos desarmamos de nuestras armas materiales. También tenemos que desarmar nuestros espíritus, nuestros sentimientos, nuestras mentes, nuestros corazones. Deshacer todo lo que en nosotros significa negación del otro, falta de respeto y  reconocimiento, prepotencia, exclusión de los diferentes.
21. Para  educar para la paz es fundamental desarrollar una capacidad de diálogo y negociación sin límites. Creer que siempre es posible conversar, decir su palabra, recuperar lo mejor de nuestras experiencias,  situar de otra manera las cuestiones, construir plataformas de búsqueda conjunta y negociación en el plan interpersonal, grupal y  social, en el ámbito nacional e internacional. Se trata de dejarse afectar por el otro, de repensar ideas, convicciones, sentimientos, actitudes y comportamientos en la perspectiva de la justicia y la solidaridad. En sociedades y culturas autoritarias y violentas como las nuestras esta es una  dimensión fundamental.
22. Educar para la solidaridad, la paz y los derechos humanos, supone liberar el dinamismo profundo de crecimiento de cada persona y de cada grupo humano, elemento indispensable para  asumir la vida como una aventura positiva, para enfrentar riesgos y comprometernos con otros a construir  nuevas posibilidades de futuro. La sociedad con la que soñamos exige actores sociales conscientes y dinamizadores de procesos coherentes con lo que se pretende alcanzar, que enfaticen estrategias no violentas y métodos pacíficos. La solidaridad, los derechos humanos y la paz, son al mismo tiempo camino y horizonte utópico.
23. Aceptar el desafío que nos plantea Pedro Poveda es, una vez más, dejarnos interpelar por estos planteamientos suyos que nos recuerdan nuestras raíces y configuran nuestra identidad. Es poner las manos a la obra en este momento histórico para recrear nuestros proyectos, programas y actividades socioeducativas. Es el momento de  hacer opciones y concretarlas. De generar una corriente colectiva de creatividad y apoyo mutuo.